Tu armario también depende del maldito algoritmo
Vale, seguro que has oído hablar del famoso algoritmo de Instagram. Esa maldita fórmula que decide la visibilidad de nuestras publicaciones y tiene el poder absoluto sobre todo lo que esta red social muestra a sus usuarios. El mosqueo de la comunidad por el funcionamiento de esta formula que les está restando impresiones, y por lo tanto engagement, también es un viejo conocido.
Pues va a alucinar cuando te enteres de que ese mismo algoritmo está decidiendo qué entra o no en tu armario. Tienes que saber que se está perfilando una nueva forma de crear y comprar moda a través de Instagram y marcas como Choosy han venido a cambiarlo todo. Te explico su funcionamiento: Esta marca, que encuentra toda su inspiración en el mundo digital, nutre sus colecciones con las prendas "más comentadas de Instagram", es decir, un algoritmo detecta qué tipo de ropa llevan celebrities y blogueras en sus fotos con más likes y comentarios y la añaden a su catálogo.
Tal y como lo lees. Su colecciones no están marcadas por la temporalidad de las estaciones, por el ciclo de la moda o por las nuevas tendencias de la calle, está determinada por un número de "Me gustas" que dan el beneplácito a una prenda en concreto. Así su stock va variando a la misma velocidad que se "queman" las tendencias en Instagram siendo los influencers y su ejército de followers los que deciden, sin realmente saberlo, lo que puedes comprar en esta tienda online.
¿Qué supone esta nueva fórmula de consumo y creación de moda? Analicemos ventajas e inconvenientes. Al ser ropa que la audiencia ratifica, estaríamos hablando de tendencias reales adaptadas a lo que la gente demanda en momento determinado. Moda "real" se le podría llamar, alejada de lo que dictan los grandes maestros de la costura que hasta entonces cada seis meses nos seducían con sus colecciones sobre la pasarela (sin obviar lo que dicta la calle, por supuesto). Como "testeo" del pulso de las tendencias que realmente gustan es una maravillosa herramienta.
El problema es que en Instagram casi nada es real y los cánones de belleza que triunfan distan bastante de la auténtica feminidad: posen muy preparadas, medidas imposibles, labios desfasados...Por no hablar de lo idealizado que anda todo por el mundo instagramero vendiéndonos vidas perfectas que todos hemos asumimos como auténticas.
Además, si más marcas siguieran apostando por este complicado algoritmo que "diseña" sus colecciones, papeles tan importantes en la industria como los coolhunters desaparecerían, pues ya habría un robot que haría ese trabajo por ellos, (y perdería un trabajo con el que siempre he soñado).
En cuanto a la marca, de momento solo vende y envía a Estados Unidos y su precios se equiparan a la perfección a los de las demás compañías del mercado. Sin más, vayan preparando el cuerpo para lo que viene e intenten diferenciarse, porque es lo único que nos va a quedar...
¡Feliz semana!
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